
No nos engañemos, este circuito autónomo no es nuevo de la era digital. Muchos grupos ya se editaban sus maquetas y distribuían sus copias durante sus conciertos antes de que existiera Internet. La red lo "único" ha hecho es facilitar y abaratar la distribución y la promoción. Me gusta pensar que ahora la calidad de grabación de estos grupos es más profesional, y que no va a sonar a "música de garaje". Y sin embargo me apena ver que la salida esperada siga siendo que un gran sello invierta en tí. Cuando para que una empresa te produzca primero debes demostrar que sacará dinero de tí, y segundo aceptar que ella sacará más dinero de tu trabajo que tú.
Para rematar, a la hora de hacer valer los derechos de autor, un autor no tiene nada que hacer si no está respaldado por una gran empresa que invierta en abogados, incluso aunque estos abogados no tengan que ejercer porque su solo nombre ya implica que su trabajo está protegido.
De nuevo me remito a Brad Templeton y a mí misma en la entrada de "A favor del copyright. Grandes mitos"
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