lunes, 25 de octubre de 2010

Responsabilidad social de los tecnólogos

     Lo impresionante del tema es que debe haber gente que tome en el mundo real decisiones como estas. Dónde y como hacer las cosas "optimizando" - qué palabra más prometedora y que terrible significado encierra - optimizando los riesgos en función de los costes. Decidiendo qué riesgos son asumibles por estos o aquellos ciudadanos según cuanto cueste evitarlo. Calculando, como el que juega a la ruleta, qué probabilidad hay de pagar una indemnización si no se hacen las cosas bien.

     Para hacer las Evaluaciones de Impacto Ambiental, se utilizan los lamados métodos objetivos. Uno de ellos consiste en asignar un valor a cada bien, material o no, para luego poder hacer cálculos numéricos. Existen unas listas donde se monetiza todo, desde la mano de obra para el desmonte de una ladera hasta, la satisfacción de ver un paisaje bonito, desde el disfrute del aire limpio hasta las molestias del ruido cerca de un aeropuerto, desde lo que vale una gotera hasta lo que cuesta un accidente de tráfico con victimas mortales. 

     Las empresas farmaceuticas tienen matemáticos ajustando las estadísticas sobre el precio de venta de un medicamento según cuanta gente lo necesite y cuanto pueden pagar. Hacen sus cálculos sobre cuanta gente podría morir (y de hecho lo hará) por no tener el fármaco y cuantas unidades de venta pueden ganar por rebajar el precio.

     Alguien por ahí tiene el poder de decidir si la inundación de nuestra casa compensa la construcción de una zona de desagüe. Si la distancia a recorrer hasta nuestro pueblo merece que se desplace un cartero a diario. Si entramos en el porcentaje de muerte asumible por no invertir en mantenimiento. Y ese alguien anda suelto. No nos queda más que esperar que su ética, que sin duda debe tener alguna, vaya un poquito más allá de los números y ajuste un poco más a nuestro favor el porcentaje que le permite el margen de beneficios de la empresa que le da el sueldo.

1 comentario:

  1. Coincido con tu desazón cuando se observa que para evitar los problemas que acaban repercutiendo en nuestra vida (y que nos pueden suponer no sólo molestias sino la muerte) no basta el marco legal. Algunas ocasiones no existe un estado para garantizar su cumplimiento (de ahí el origen de los serious games en Ongs) y es necesario que la población aprenda algo que no está en su código de conducta, que interiorice esa conducta. Otras veces, frente a la laxitud del cumplimiento de la ley habría que hiperregular, perseguir con muchos medios y sancionar ejemplarmente. Y no se está por la labor o no se tienen medios para perseguir. Me parecía que como educadores nos podría interesar una forma de interiorizar valores desarrollando un juego de rol sin otras consecuencias que cierto estupor ante las consecuencias de nuestras acciones, lo que tiene de aprendizaje de valores sin la moralina que algunos sufrimos.

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